Caldero Político
Ante el inminente derrumbe de los partidos políticos -que están en la lona frente a la desconfianza de la gente-, los independientes son excelente opción para los electores.
Un punto a favor de los independientes es que estos NO deben echar mano ni de recursos públicos ni de personal atenido a ellos en calidad de empleados. Los recursos de los que disponen los candidatos independientes son de origen privado y seguramente ofrecen más transparencia que la que les exigen las autoridades electorales, en especial el Instituto Nacional Electoral.
Es un hecho: el pueblo está cansado de ver cómo de las arcas públicas de los gobiernos son saqueadas para ‘apoyar’ a los aspirantes que los representan; se saquean las finanzas públicas para hacer ganar a los ‘predilectos cosa que no pueden hacer los independientes dado que no tienen acceso a la cartera gubernamental, salvo contados casos. La corrupción galopa de nuevo.
Cierran opciones a los independientes
Lo malo para los candidatos independientes es que los límites de financiamiento que se ofrecen prácticamente cierran la puerta (o al menos son retos difíciles) a la posibilidad de ganar una elección. Realmente es muy poco el dinero que se les permite gastar a los candidatos independientes, que quedan en desventaja ante partidos políticos que tienen acceso a la radio y televisión de manera gratuita, así como a los millones de pesos que se les otorgan en calidad de prerrogativas.
A pesar de eso, la gente opina que los independientes tienen una gran posibilidad de ganar elecciones, porque ve que los partidos ya no garantizan absolutamente nada en cuanto a las promesas que se hacen durante las campañas electorales.
Los partidos están derrotados y ahora acuden a las llamadas ‘alianzas’, ‘coaliciones’ o ‘alianzas de facto’, trampas para llegar al poder pese a la diferente ideología de unos y de otros. Lo que importa es ganar elecciones y ganar posiciones dejando de lado los partidos la Plataforma de Acción, la Declaración de Principios o los Estatutos. Se revuelve el agua y el aceite, los rojos con los azules, los verdes con los amarillos, los blancos con los negros, en una terrible mescolanza de intereses financieros y de poder.
Richardi es una auténtica revelación política
Un ejemplo de que los independientes la pueden hacer pese a las adversidades legales, es el empresario Jorge Richardi que se ha convertido en una auténtica revelación política al obtener más de 42 mil firmas en la fase de recolección de apoyo ciudadano, superando a la gente de los partidos y veteranas ‘independientes’ (con partido) y a aquellos que han desfilado por todo tipo de colores y sabores partidistas.
Para hacer algo, los candidatos independientes también deben inyectar interesantes sumas de dinero a los procesos de elecciones en los que desean participar, respetando los límites designados por las autoridades electorales. Donde sí hay problema en el tema del financiamiento es con aquellos aspirantes que ostentando cargos públicos agarran dinero público para financiar sus aspiraciones: surgen así simuladores, ‘independientes’ sufragados por los gobiernos. Hijos putativos de la gente que está en el poder, así de fácil, y no obedecen los intereses del pueblo sino de quien los impulsa a participar por ser parte de ‘su establo’.
Los aspirantes a una candidatura, a un cargo de elección popular, sobre todo los que postulan los partidos políticos, saben que deben canalizar fuertes sumas de dinero para estar en posibilidad de ganar una contienda considerando su desprestigio y rechazo popular. Nada más que hay una diferencia entre los ‘chapulines’, que saltan de un cargo para ir por otro, y entre quienes desde la iniciativa privada buscan cargos para servir a la gente. Los que aspiran a un cargo de elección popular como candidatos independientes NO le quitan dinero a la sociedad vía prerrogativas y los partidos SÍ le quitan al pueblo millones de pesos por ese concepto.
Con dinero baila el perro…
Dice el imaginario Rico Mac Pato: “El oro no lo es todo en la vida: ¡también están los diamantes!”, y esa es una gran verdad. El dinero no hace la felicidad, ya la compra hecha.
Esas son formaciones de ideas que se han socializado desde la antigüedad. Por eso suele decirse, también: “Con dinero baila el perro, y sin dinero, bailas como perro”.
El dinero y las elecciones, en este año electoral, son un binomio absolutamente inseparable. No cabe duda que las elecciones requieren de fuertes inversiones, y eso se hace realidad hoy más que nunca antes. Hoy, es verdad, lo que decía el profesor Carlos Hank González: “Un político pobre es un pobre político”.
Los que de verdad aspiren a un cargo de elección, deben revisar su cuenta bancaria o pensar muy en serio que es lo que van a vender para hacerse de una buena cantidad de dinero, si es que desean entrar de lleno a la competencia y no ser meros espectadores de la ‘danza de los millones’.
¿Cuánto es el dinero que se requiere para ganar una elección? ¡El que sea necesario o más, pero ni un peso menos! A pesar de eso los independientes tienen una gran posibilidad de ganar elecciones, porque la gente ve que los partidos ya no garantizan absolutamente nada en cuanto a las promesas que se hacen durante las campañas electorales.
VEREMOS Y DIREMOS.