Niñas jugando a ser mujeres

Simples Deducciones

¿Cómo llegó a esa situación?, ¿qué hará para salir adelante?, ¿Sería consciente de lo que hizo?, ¿dónde está su familia y seres queridos?, es lo primero que se me viene a la mente al verla de frente, se le ve pensativa, nerviosa hasta cierto punto al sentarse con cuidado a un lado mío; saca su celular de su pequeña bolsa, me pasa un  billete de 50 para pagar su pasaje. Me recuerda un poco a mi hermana, es una niña, no más de 15 o cuando mucho 16 años, y fácilmente tiene 3 o incluso 4 meses de embarazo, su barriga ya es notoria.

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México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde hay más embarazos adolescentes, según  los resultados del estudio ‘Embarazo y Maternidad en la Adolescencia, Estado de las Madres en México’, publicado recientemente por la organización internacional Save the Children.

De acuerdo al organismo internacional, en nuestro país se producen cada año cerca de medio millón de embarazos de mujeres menores de 20 años, lo que representa  poco más del 20 por ciento de los nacimientos que hay en México. El informe cita datos del INEGI donde se reporta que aproximadamente 77 de cada mil mujeres entre 15 y 19 años dan a luz anualmente y en Nayarit estamos por encima de la media nacional.

Según datos del INEGI, el año pasado hubo en Nayarit 9 mil embarazos de adolescentes, los cuales se presentaron principalmente en los municipios de Santiago Ixcuintla, Tepic, Tecuala, Acaponeta y Tuxpan. Hasta el primer trimestre de este 2016 se estima que en la entidad se han presentado 2 mil 500 eventos obstétricos (jóvenes menores de 19 años que dieron a luz) en los diferentes hospitales de la Secretaría de Salud, IMSS e ISSSTE.

Me considero respetuoso de los derechos de todas las personas, promuevo y practico  la equidad de género, pero eso no tiene nada que ver con que una joven pierda los mejores años de su vida. Ya no será responsable sólo de sí misma, sino también de otro ser humano, me vuelvo a preguntar si estará preparada para ello, dejar de lado cosas banales como ir a fiestas, viajar, salir con las amigas, pero también estudiar una carrera, vivir a plenitud, dar a luz de manera sana, no digo que ya no pueda hacer todo esto, es sólo que no sé si tenga la capacidad física y emocional para lograrlo, ya que, al fin de cuentas, es una adolescente.

El embarazo en jóvenes implica, según Save the Children, “un problema grave de salud pública ya que las adolescentes tienen dos veces más probabilidades de morir por complicaciones en el embarazo o el parto que las mujeres adultas”. Además, incrementa en 80 por ciento las posibilidades de deserción escolar y contribuye a incrementar problemas económicos o falta de oportunidades.

¿El Gobierno es responsable?, claro, el federal, estatal, municipal y el que se les ocurra, las políticas públicas para prevenir el embarazo adolescente son pésimas, casi, casi no existen; hay muchas fallas en nuestro sistema pero eso no nos libera a las personas de nuestra complicidad en este problema social, además el Gobierno nunca va a valorar a nuestras hijas, hermanas o familiares en general de la forma en que nosotros sí.

Aunque el 60 por ciento de las jóvenes que resultan embarazadas viven en condiciones de pobreza, el otro 40 pertenecen a clase media e incluso alta, es decir, esta problemática no distingue clases sociales. Anteriormente uno de los principales factores era la falta de acceso a los servicios de salud, hoy simplemente es la falta o poca información —por diferentes causas— entre los jóvenes, pero sobre todo originado por el desinterés de los padres de familia, su alejamiento con sus hijos e hijas.

Quienes tienen mucho trabajo lo ponen de pretexto para convivir cada vez menos con sus hijos o hijas, y quienes están desempleados hacen lo mismo por estar buscando una fuente de ingreso económico. A pesar de la globalización, la escuela, el internet o los medios de comunicación no son suficientes para que nuestros jóvenes sean conscientes de lo que significa un embarazo, de todo lo que implica, cómo prevenirlo, etc.

Como mero ejercicio, hay que preguntarnos ¿Qué le estamos enseñando a nuestros hijos o familiares?, ¿qué ignoramos que ellos hacen a nuestras espaldas por no estar nosotros a su lado? ¿Realmente los estamos informando bien sobre su cuerpo, sexualidad y temas relacionados? ¿O simplemente los dejamos a su suerte? No hay que descargar esa tarea a los demás, creo que ahí está la clave para prevenir los embarazos adolescentes. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi correo juanfechavez@gmail.com

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