¿Qué son los funcionarios de casilla?

Lo que ocurra el 1 de julio estará en manos de casi un millón y medio de ciudadanos, responsables de que la casi 90 millones de personas puedan votar y sus votos se cuenten

El Instituto Nacional Electoral (INE) y sus 11 consejeros sólo organizan la elección del primer de julio. En realidad, lo que ocurra ese día estará en manos de casi un millón y medio de ciudadanos, responsables de que la casi 90 millones de personas puedan votar y sus votos se cuenten.

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¿De dónde salen ese millón y medio de ciudadanos?

En las últimas semanas, 11.5 millones de mexicanos, nacidos en febrero y marzo y su primer apellido comienza con la letra “F”, recibieron una carta invitación del INE para ser funcionarios de casilla. De ellos, alrededor del 10% cumplirá con los requisitos, la capacitación y se convertirán en protagonistas de las próximas elecciones, al convertirse en funcionarios de casillas.

“En México no es un eufemismo decir que las elecciones no sólo son para los ciudadanos, sino son hechas por los ciudadanos. Si los ciudadanos deciden no colaborar con el Instituto Nacional Electoral en la instalación de las mesas de casilla, estaremos en problemas, y estaremos en problemas todos”, dijo Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del INE, tras participar en la Cumbre Mundial de Comunicación Política en febrero pasado, según recoge Milenio.

Un millón 400 mil funcionarios de casilla serán los encargados de instalar 155 mil casillas alrededor del país, en las que podrían votar 88.9 millones de ciudadanos que se encuentran en la lista nominal, aunque el promedio de participación en México de los tres últimos comicios electorales presidenciales (2000, 2006 y 2012) es de 64%.

Y aunque la función de cada uno de los funcionarios de casilla es invaluable, en retribución por su tiempo, el INE les entrega un pago simbólico cuyo monto aún está por determinarse.  

Las funciones de los funcionarios

Cada mesa directiva de casilla estará conformada por: un presidente, secretario, primer escrutador y segundo escrutador; además de tres suplentes generales, de acuerdo con el INE.

Si llegaran a faltar los ciudadanos para completar a los funcionarios de casilla, los electores que estén al inicio de la fila podrán ocupar los cargos, en el orden que estén formados, aun si no fueron capacitados.

En caso de que un funcionario, durante la jornada electoral, y por causas de fuerza mayor se tenga que ausentar, el presidente de la casilla puede decidir tomar un ciudadano de la fila o continuar con los presentes, de acuerdo con la Dirección Ejecutiva de Capacitación y Educación Cívica del INE (DECEYEC).

Cada uno de los funcionarios de casilla tiene tareas asignadas específicas:

Presidente: Recibir la documentación y los materiales electorales, verificar que estén completos, comprobar que se entregue lo señalado en la lista del recibo y con el capacitador asistente electoral, contar las boletas, guardarlas y cerrarlas en la bolsa designada, y firmar el recibo correspondiente.

Secretario: Llenar el apartado de “instalación de la casilla” del acta de votación, contar una por una las boletas recibidas, sin desprenderlas de los blocs, y registrar los resultados.

Escrutadores: Armar la urna, colocar el cancel junto con el presidente (espacios cerrados donde la gente realiza el voto) y revisar que las urnas de votación no queden cerca de otras urnas en la misma casilla, para evitar que se depositen por error votos en casillas incorrectas.

Suplentes generales: Presentarse en la casilla antes de la instalación y en caso de ser necesario, ocupar un cargo en la mesa directiva de casilla, sí no acuden los miembros que han sido designados.

Al acabar la elección…

Después de que el secretario y el escrutador contaron los votos, junto con el presidente sellan los paquetes electorales con una etiqueta de seguridad, para garantizar que nadie la abra.

El secretario “llena la constancia de clausura de casilla y remisión del paquete electoral, anota la hora y marca con X en los recuadros de las y los integrantes de casilla y representantes que acompañarán a entregar el paquete electoral de las elecciones federales. Todos los funcionarios/as de casilla y las y los representantes firman la constancia”, explica el INE.

El acta de los resultados de la votación se pegan a la salida de la casilla, para la consulta pública de los ciudadanos que deseen conocerlos.

Las urnas, un portaurnas, los votos, las boletas electorales no utilizadas y ya canceladas por el secretario, además del acta de la jornada electoral, actas de escrutinio y cómputo (una por cada elección), constancia de clausura de casilla y remisión de paquete, cuadernillo de operaciones y, en su caso, hojas de incidentes se integran en un “paquete electoral”.

Los funcionarios designados por el presidente trasladan el mismo día de la votación el paquete electoral a las oficinas del INE que le corresponde.

¿Quiénes sí y quiénes no pueden ser funcionario de casilla?

Los funcionarios de casilla son los ciudadanos, vecinos de la casilla que les tocara instrumentar y también proteger la integridad del voto.

De acuerdo con la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su artículo 83, establece los requisitos: ser ciudadano mexicano por nacimiento, sin adquirir otra nacionalidad y residir en la sección electoral que comprenda a la casilla; estar inscrito en el Registro Federal de Electores; contar con credencial para votar; estar en ejercicio de sus derechos políticos; tener un modo honesto de vivir; haber participado en el curso de capacitación electoral; no ser servidor público de confianza con mando superior, ni tener cargo de dirección partidista; saber leer y escribir y no tener más de 70 años al día de la elección.

La capacitación consiste en mostrar el armado de las casillas, instalar el cancel, así como el llenado del acta de la jornada. También se les instruye a los futuros funcionarios a cómo reaccionar ante situaciones violentas.

Sólo uno de cada 10 ciudadanos convocados para ser funcionarios de casilla accede a participar, algunas de las razones que el INE prevé para excluirse de asumir esta responsabilidad, son: no tener permiso para ausentarse del trabajo, no saber leer ni escribir, trabajar por su cuenta y estar enfermo o tener incapacidad temporal.

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