Sayulita, antes Santa Cruz Saloc

En Los Tiempos De…

Antes de la Conquista española, varios pueblos marinos en la Bahía de Banderas participaron en una red de navegación costera para comerciar con productos como el caracol de tinte, la cal de concha, la perla, el caracol gigante y otras conchas sagradas. El arqueólogo nayarita José Beltrán Medina, asegura que desde esta costa se navegaba al Sur hasta el Perú, y hacia el norte hasta Baja California. El arqueólogo señala por lo menos cinco sitios de fuerte desarrollo cultural indígena: El Malinal de Higuera Blanca, Tintoque, Pontoque, La Cruz de Huanacaxtle y Bucerías.

Publicidad

En la Relación de Compostela, escrita por Lázaro Blanco en 1584, aparece en la costa de valle de Banderas un pueblo con el nombre de Santa Cruz Saloc. Sin duda se trata de Sayulita, ya que se encuentra entre dos puntos que desde entonces hasta hoy conservaron su nombre, denominados Pontoque uno y San Francisco el otro.

Saloc parece derivar de tzallantli, palabra náhuatl que tiene varios significados: puerto, desfiladero, cañada. Todos ellos son muy apropiados para definir el área de Sayulita, un puerto en una planicie resguardada por montañas y desfiladeros, donde se ubicó la población indígena de Saloc.

El nombre cristiano de Santa Cruz con el que fue bautizado el lugar, pudiera estar relacionado con el culto a Xipe Totec, dios indígena benefactor de la agricultura y la orfebrería. Xipe Totec fue adorado por los pueblos que vivían a la orilla del mar. Se le festejaba en primavera para alabar las primeras lluvias y el nacimiento del maíz. En ese sentido coincide con la celebración española de la Santa Cruz, que los antiguos católicos realizaban con el mismo fin: festejar a la naturaleza.

Sin duda, el Santa Cruz Saloc de aquellos tiempos, corrió la misma suerte que los demás pueblos del área. Durante el Siglo XVII, los piratas que esperaban el paso del Galeón de Manila incursionaron con frecuencia en la Bahía de Banderas. Las villas marinas fueron quemadas varias veces por los bucaneros para robar sus perlas. Aunque se conservó su nombre, Tintoque y Pontoque desaparecieron como pueblos, pero Santa Cruz Saloc y San Francisco Apazan lograron conservarse.

En un mapa de las Costas de Nueva Galicia fechado en el año de 1798, el lugar sigue apareciendo con el nombre de Santa Cruz. Para entonces, pertenecía a la propiedad llamada Jaltemba de la familia Romero de Guadalajara. Con alrededor de 50 mil hectáreas, la hacienda se extendía por la costa desde Punta de Mita a La Peñita, y tierra adentro, la parte Norte del Cerro Vallejo hasta lindar con el río Ameca.

El extenso feudo estuvo dedicado al agostadero de ganado y la recolección de coquito de aceite. El clima caliente, el perjuicio de zancudos y otros animales y los caminos intransitables en tiempo de lluvias hacían que en algunos lugares la estancia de sus habitantes se redujera a las épocas de trabajo. Santa Cruz y sus ranchos apenas llegaban a seis o siete casas. Algunos de ellos sólo eran habitados en tiempo de secas o sobrevivían como ordeñas en temporada de aguas. Las condiciones de vida en aquellos tiempos fueron precarias.

De Santa Cruz a Sayulita: la Transformación de un nombre

La palabra Sayula deriva del náhuatl tzaulan, que quiere decir lugar donde abundan las moscas. 

De acuerdo a Don Federico Munguía, Cronista de Sayula, Jalisco, hacia 1920, fue Don Lauro González Guerra quién bautizó el lugar con el nombre de Sayulita. Don Lauro, originario de Sayula, Jalisco, administraba en ese tiempo la Hacienda de Jaltemba, y con motivo de una visita al lugar, evocando a su tierra natal que tanto amaba, decidió bautizar con el nombre de Sayulita, a este pequeño caserío costero situado en tierras de la hacienda.

Don Lauro González Guerra nació el 2 de junio de 1887, hijo del señor Lauro González y su esposa Basilia Jiménez. Fue un ciudadano progresista, iniciador de las fiestas de carnaval en su pueblo y uno de los mejores presidentes municipales que haya registrado la historia de Sayula. Murió en Guadalajara en 1977.            

Las fiestas del 24 de febrero

El 24 de febrero de 1821, cien años antes de que Don Lauro González Guerra le diera el nombre de Sayulita a este lugar, se proclamó en México el Plan de Iguala. El plan, que declaraba la independencia de México, fue proclamado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. Guerrero e Iturbide unieron sus fuerzas en un solo ejército y una sola bandera para pacificar el país. La creencia popular dice que los colores de la bandera se originaron en la bandera del Ejército de las Tres Garantías o «Bandera Trigarante».

La bandera trigarante o bandera de Iturbide, como se también se le conoció, alineaba los colores en forma diagonal, con una estrella en cada uno de ellos y la corona imperial al centro. Aunque no hay nada escrito, el pueblo de aquellos años asoció los colores de siguiente la forma: Blanco: Religión; la fe católica. Rojo: Unión; entre europeos y americanos. Verde: Independencia; independencia de España.

Este primer significado fue cambiado a mediados del siglo XIX, por el entonces presidente de México, Benito Juárez. El sentido que se le atribuyó en esa época fue: Verde: Esperanza. Blanco: Unidad. Rojo: La sangre de los héroes nacionales.

Actualmente la forma y diseño de la bandera están definidos en el artículo 3º  de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales que dice: “La Bandera Nacional consiste en un rectángulo dividido en tres franjas verticales de medidas idénticas, con los colores en el siguiente orden a partir del asta: verde, blanco y rojo. En la franja blanca y al centro, tiene el Escudo Nacional, con un diámetro de tres cuartas partes del ancho de dicha franja. La proporción entre anchura y longitud de la bandera, es de cuatro a siete. Podrá llevar un lazo o corbata de los mismos colores, al pie de la moharra”.

El escudo nacional está inspirado en la señal del fin del peregrinaje que siguieron los aztecas para fundar la ciudad de México-Tenochtitlán. El dios Huitzilopochtli les indicó que, en el sitio donde encontraran un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente, debían construir su ciudad. Los aztecas o mexicas habían salido de un lugar de Nayarit llamado Aztlán, por lo que a Nayarit se le conoce como “cuna de la mexicanidad”. Luego de 200 años de buscarlo, los mexicas encontraron la señal en un islote del Lago de Texcoco.

La  Bandera Nacional es uno de los símbolos patrios más importantes del país. Su celebración en Sayulita tiene la misma identidad que motivó la creación de la “Bandera Trigarante” que, en su momento, simbolizó el fin de la esclavitud, la independencia y la unidad. Las fiestas de Sayuita del 24 de febrero son para sus habitantes las fiestas del pueblo, las fiestas de todos sin distingo de raza, color o credo. Son una manifestación social donde hombres y mujeres, niños y viejos, se miran en el espejo de los otros pueblos y toman conciencia de que Sayulita es diferente. A través de los años, las celebraciones han creado conciencia de una identidad común, que debe conservarse y preservarse.

Desde el punto de vista histórico regional, nada más adecuado que celebrar a la bandera en un pueblo marino de nuestro municipio. Fue en Tintoque, cerca de Sayulita, donde se libró la batalla más notable en contra de la hueste española de Francisco Cortez. En 1525, el pueblo de Saloc debió haber estado entre los 20 mil indígenas que salieron con banderillas de diversos colores a defender su territorio. Nada más adecuado, porque este hecho de dignidad, le dio a nuestro municipio el nombre: Bahía de Banderas.

Publicidad