Ser portero, un orgullo

José Haro Ortega, guardameta de la vieja guardia

En la década de los 60’s conocimos a un buen arquero, le vimos jugar en aquellas canchas de “Artes Gráficas”, hoy casa del médico del ISSSTE, en la de la Pepsi en Los Llanitos, en varias de aquellos tiempos, el domingo coincidimos en la Unidad Deportiva AFEN, esta es la plática:

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José Armando Haro Ortega, mucho tiempo jugando de portero en “El Rubí”:

“Mi primer partido fue con el equipo ACJM, del señor Mota, fue de improviso, luego en Rubí, en aquella cancha que estaba fuera del estadio de beis, en ese equipo jugué todo el tiempo, luego busqué otras oportunidades y me fui a Mexicali, luego a Guadalajara y me regresé a Tepic, formé parte de ese equipo “Papelera Nayarita” de Chema Gómez”.

Cuando no se juega en el profesional hay que buscarse el sustento y el de tu familia, entonces el deporte pasa a ser parte de complemento de tu vida, mi familia me acompañaban a los partidos, los domingos eran de manera especial para nosotros, con mis hijos me tocó vivir éxitos y fracasos, estuvieron conmigo siempre y fue una época que viví disfrutando”.

Del por qué ser portero: “Eso ya viene de sangre, con eso se nace, yo desde la primaria en la escuela Montaño, nos íbamos a un lugar que le decían casa blanca, ahí en patio de cemento me etiquetaron como portero, creo que les gustó mi estilo de jugar”.

Hoy disfruta el fútbol como espectador pero sabe lo que es este deporte.

“Fue parte en la formación de mi vida, la disciplina, el calor, como se cuida uno para llegar en buena forma a un partido importante, ver en los rostros de tus compañeros que hiciste bien las cosas, importante en mi vida, en mi trabajo”.

“A los futbolistas veteranos les digo que disfruten el Fútbol, a su capacidad actual, el fútbol es cosa de dioses, no cualquiera puede meterse a un campo y patear un balón, que los disfruten siempre con sus amigos”: Concluyó.

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