Una nueva función

Véritas Liberabit Vos

Tal como hace seis años, el día primero de diciembre va a caer en sábado; ese día que para nuestra Patria representa dentro del acaecer político el cambio de Presidente de la República, un hecho fundamental en nuestra vida democrática; desde ese sábado de 2012 quedaron atrás seis años de los que solo el parámetro tiempo podrá juzgar lo que representó ese sexenio que solamente pudo conservar por un ciclo el retorno del PRI al gobierno que ostentó por más de setenta años y que por doce años anteriores había dejado en manos del PAN con los Gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón; ahora esa banda presidencial se entregará a manos de un viejo aspirante  que llega al cargo después de pelear tres veces por ella enarbolando la bandera de un partido MORENA y hablando de asumir el poder para realizar una Cuarta Transformación de México.

Publicidad

Esta situación histórica de que México ya no sea gobernado por el PRI o por el PAN lo veremos a partir de este fin de semana donde se comenzará a escribir otra historia diferente a la del sexenio anterior que nos despertó con la llegada de un Enrique Peña Nieto cuyas credenciales principales eran la de llegar con un triunfo mayoritario en las urnas y una imagen que rayaban más en las cuestiones histriónicas o publicitarias; el inicio de su mandato tal vez no podía ser mejor, en un clima muy diferente a lo que había sido la toma de protesta de su antecesor que prácticamente se tuvo que colar por las tramoyas del escenario burlando las barreras que la vociferante oposición le presentaba y recibir presuroso la banda presidencial en un 2006 que ya se escucha muy lejano; ese día del 2012 se empezó a escuchar del arranque de su sexenio con la firma del llamado “Pacto por México”, donde el cabildeo de su equipo había logrado la aceptación de los tres Partidos en ese momento principales para trabajar juntos por el País.

La firma de ese Pacto y el escuchar lo que los analistas decían al respecto, hacían pensar en que vendrían buenos tiempos para el País y se auguraban grandes expectativas, y no era solamente aquí en México, en el exterior se oía decir del “Momento Mexicano” y los importantes tabloides así como la prensa especializada de diarios como el New York Times y la revista Time hablaban del mandatario nacional al cual lo consideraban un gran estadista, lo consideraban en sus portadas que hablaban de su potencial y visión así como el reconocer la necesaria unidad que debería existir en la política nacional para poder sacar adelante las importantes reformas estructurales que sonaban ya para esta etapa importante: La Reforma Energética, Educativa, Fiscal entre las más importantes que auguraban un futuro preclaro y nítido, inclusive se le festino el haber aprehendido a la lideresa del Magisterio Elba Esther Gordillo, situación fundamental para poder sacar adelante la Reforma Educativa propuesta.

La luna de miel empezó a malograrse siendo uno de los principales motivos la demora en la aprobación de las Reformas y la permanencia de la inseguridad en el País demostrando la imposibilidad de detener una de las banderas que esgrimió en su campaña que era acabar con lo que llamaban “la herencia de Calderón”, presentándose antes de los dos años uno de sus principales dolores de cabeza que fue el caso Ayotzinapa en conjunto con la malhadada Verdad Histórica de los 43 desaparecidos, una situación que tuvo un enorme peso para su sexenio desde ese septiembre de 2014.

Parecía que ese acontecimiento había destapado una caja de Pandora que se empezó a aderezar con situaciones de corrupción en personajes cercanos a su Gobierno sobre todo en algunos Estados y que vino a hacer sinergia con conflictos de intereses hasta llegar a lo que fue conocido como “el affaire de La Casa Blanca”.

El sexenio afrontó todo lo que la era de las redes sociales en su apogeo pudieron generar y su accionar desprevenido fue caldo de cultivo para la gran galería de “memes” e imágenes jocosas que vinieron a revestir una figura que tuvo mucha tolerancia a las críticas dentro de una libertad de expresión que desgastó en exceso una figura presidencial que pasó de las portadas de los tabloides internacionales a las pantallas de teléfonos que festinaban cualquier nueva hazaña en palabras, gestos, actos o traspiés.

Al sexenio le correspondió de inicio la última etapa de Obama y en los dos últimos años el giro de política en los vecinos del Norte con la llegada de Donald Trump y todas las consecuencias que como País vecino podemos vivir, sin ir más lejos este sexenio terminará con la caravana de migrantes detenidos en la frontera de Tijuana como fin de un aciago periplo que ha cruzado nuestro País con todos los avatares ya conocidos y que ahora se presenta con otra dimensión.

Este sexenio está por fenecer y el fin de semana se abrirá un nuevo capítulo para nuestra Historia, la figura de López Obrador está rodeada de toda una incógnita de cuestionamientos, pues casi desde su triunfo en las urnas pareciese que ya ejerce como Presidente, tal como se ha visto en las negociaciones del Tratado Comercial con Estados Unidos y Canadá, las consultas sobre el Nuevo Aeropuerto o el Tren Maya, la Reforma Educativa, el protagonismo de los que serán miembros de su gabinete, su estrategia de Seguridad, el punto final o perdón de políticos, la pensión para los ex presidentes y así como estas cada día el universo se polariza con declaraciones del Presidente electo, se cierra un ciclo, y el telón se abrirá con una nueva coreografía y actores que podrán escribir una película para México tan disímbola o tan parecida a las anteriores, tomaremos asiento para observar la función.

Publicidad